El cazabombardero Phantom F-4 constituye el mayor logro de
la compañía aeronáutica norteamericana McDonnell Douglas al servicio de las
Fuerzas Aéreas estadounidenses. La aparición en 1958 de este caza supersónico a
doble motor y gran tamaño hizo palidecer al instante las anteriores aeronaves
de combate de la compañía, como el F2H Banshee o el F3H Demon.
La envergadura del Phantom era de 11,7 m , 19 m de longitud, 5 m de altura y un peso máximo
de casi 20.000 kg .
En ese momento no existía un avión de semejantes dimensiones que pudiera
alcanzar una velocidad de Mach 2,23 (2.370 km/h ). De hecho, ningún modelo
aeronáutico lograría superar la marca hasta mediados de la década de los
setenta. Esta particularidad lo convertía en el avión idóneo para ataques
relámpago de gran capacidad destructiva.
La Guerra de Vietnam fue el escenario bélico en el que el
Phantom cimentaría su leyenda. En ella, el avión de McDonnell Douglas
simultaneó con éxito ataques aéreos, terrestres, labores de reconocimiento,
apoyo e intercepción. Finalizadas las hostilidades, el Phantom aún sería muy
utilizado durante las dos siguientes décadas de intermitente Guerra Fría.
Después, incluso protagonizaría un pequeño rol en el conflicto del Golfo
Pérsico. Por entonces, su jubilación ya era inminente. 1996 fue el último año
en que el Phantom sobrevolaría los cielos norteamericanos.
En España, prestó servicio entre 1971 y 2002, encuadrados en
el Ala 12 (Torrejón de Ardoz) y con la denominación militar C-12. Con la
llegada a partir de 1986 de los primeros F-18, los Phantom quedaron relegados a
un segundo plano, dándose de baja progresivamente. A partir de 1989 solamente quedaron
en activo los aparatos de reconocimiento, la variante RF-4C. Desde 2002, fecha
en que fueron dados de baja definitivamente, en nuestro país expuestos en
museos, adornando rotondas o aparcados en la Base Aérea de Torrejón a la espera
de ser desguazados o vendidos.
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