viernes, 20 de diciembre de 2013

Henri Farman, fabricante y aviador rompe records.

La gran pasión del parisino Henri Farman (1874-1958) era la pintura. Pero no tardó en abandonar sus estudios en la prestigiosa Escuela de Bellas Artes de la capital francesa para entregarse a su otra afición, el deporte. Como ciclista, Farman lograría excelentes marcas en torneos de renombre, entre ellos, el París-Viena. Después, como piloto automovilístico, competiría nada menos que para Renault.

Para una naturaleza tan inquieta como la de este hijo de adinerados corresponsales británicos no podían pasar desapercibidos los avances de la época en aeronáutica. En 1907 Henri Farman adquirió su primer aeroplano. Desde entonces, ninguna otra afición ensombrecería su entusiasmo por la aviación.

Consagrado en cuerpo y alma a volar, Farman encadenaría varios récords históricos en los siguientes años. Fue él quien realizó con éxito el primer vuelo en circuito cerrado de 1 km y, posteriormente, de 2 km. También fue el pionero en recorrer la distancia que separaba dos ciudades. Después, se lanzaría a la conquista de grandes distancias, enlazando Londres y Manchester. Ganó numerosos premios internacionales, como el Daily Mail o el Deutsch Aehdeacon. Culminaría su vitrina el nombramiento de caballero de la Legión de Honor en 1919.


La frenética actividad como piloto de Henri Farman se vería complementada con su trabajo como constructor de aeronaves. Entre sus mayores logros figura el primer avión de pasajeros larga distancia, el Goliath (1917), así como su contribución al ejército aéreo de su país en la Primera Guerra Mundial con diversos bombarderos.