A pesar de haber pasado muchas horas recostados en sus
asientos, a la gran mayoría el nombre de Boeing 747 quizás no les diga nada,
aunque si hablamos de “Jumbo”, seguro que sí resulta algo más conocido. Y es
que no en vano, se cuentan por millones los pasajeros que se han desplazado por
todo el mundo a bordo del popular modelo del fabricante norteamericano, cuya
característica “joroba”, donde se aloja un segundo piso, lo hace inconfundible.
Avión comercial de fuselaje ancho y cuatro motores turbofán,
el 747 irrumpió en los cielos en 1969, realizando en 1970 su primer vuelo
comercial, y gracias a sus continuas actualizaciones, aún parece lejana la
fecha de su jubilación. Desde el instante de su creación, este gigante
intercontinental ya presentaba una vocación de icono aéreo, que no ha hecho
sino confirmar el paso del tiempo. Así lo prueba el hecho de que se haya
erigido en buque insignia de aerolíneas del prestigio de British Airlines,
United Airlines o Lufthansa, por mencionar unas pocas. Dicen que incluso hay
compañías aéreas a las que les resultaría más rentable realizar ciertas rutas con otro modelo, pero que prefieren usar el Jumbo por una cuestión de imagen.
En el momento de su aparición, no había avión civil de peso
y envergadura que le hiciera sombra a este mastodonte de los cielos. El
extraordinario tamaño del Boeing 747 le permite alojar un número de pasajeros
superior a 500 (en disposición de dos clases), asegurando una estancia
espaciosa. A la garantía de comodidad, cabe sumar la de puntualidad, gracias a los
más de 900 kilómetros
por hora de velocidad de crucero que alcanzan los últimos modelos de 747.
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